Usted en estos últimos días volvió a agraviar a un sector importante de la ciudadanía argentina, que repudiamos sus actitudes fascistas y de alto resentimiento social, con su discurso crispado contra el Señor Alfredo Casero - respetado Actor y uno de los más brillantes Humoristas del país - por el solo hecho de pensar distinto.
Como ciudadano argentino no espero que se disculpe, sé que no lo va hacer, no tiene la grandeza que se espera para esa actitud.
Usted se irguió como referente de los derechos humanos; y hoy usted está simplemente defendiendo al poder de turno y efímeros privilegios.
Por otro lado le recuerdo que usted ya ha violado varios derechos:
Al honor, lo hizo con los Hijos de Noble, melló su honor e integridad, los ninguneo y fue contra ellos con un odio y resentimiento desmedido sabiendo incluso que nada tenían que ver con los desaparecidos, esa falsa lucha que dice interesarle - mentira. Aún no les pidió perdón, no solo porque esos ciudadanos se lo merecen, sino porque estaría en ese acto pidiendo perdón a una gran parte del pueblo argentino; pero claro, para eso se necesita grandeza, y sabemos lo bajo que usted se arrastra.
Hoy queda claro que el adjudicarse una representación a los derechos humanos es un título de honor que le queda demasiado grande, porque usted viola todo el tiempo los derechos a la libertad y a la igualdad, al ser parte de una facción radicalizada, resentida y de gran propensión al odio y la discriminación.
Usted torturó ideológicamente a los hijos de Herrera de Noble
Usted hace Apología del odio
Usted es parte de la Propaganda a favor de la división ideológica de los argentinos y de las antinomias, estériles, artificiales y que solo benefician a los que quieren perpetuarse y apropiarse del poder.
Usted es una terrorista, porque impone el terror, para sus fines personales o de su facción.
Usted se beneficia del poder de turno y para mantener ese beneficio no duda en realizar cualquier declaración o acción espuria.
Si quiere, puede adjudicarse el título de servil obsecuente defensora de un modelo de destrucción y corrupción.
Usted es ha convertido en una mujer muy desagradable para muchos de los argentino, servil y obsecuente se arrastra detrás del poder de turno - del cual se siente parte y asume su rol de embaucadora. Esta forma de arrastrarse no hace otra cosa que reafirmar que su lucha, de otros tiempos, no fue honesta, no fue sincera - o si lo fue, fue sesgada; quedará en la memoria de los argentinos como un triste personaje escultor de la expresión del carácter fascista, del resentimientos y del odio.
La lucha por los derechos humanos requiere mucho mas compromiso, una visión amplia y un despojo de odios y resentimientos y es comprensiva de toda la condición humana y de toda la humanidad y no está limitada a una facción determinada, y mucho menos discrimina por ideología, razas o religiones; porque son precisamente estos los argumentos que se esgrimen para violar esos DDHH. Señora, me da mucha tristeza!