El ciudadano tiene derechos, pero TAMBIÉN OBLIGACIONES.
Civismo: Comportamiento de la persona que cumple con sus deberes de ciudadano, respeta las leyes y contribuye así al funcionamiento correcto de la sociedad y al bienestar de los demás miembros de la comunidad.
Algunos términos:
Pueblo: (del latín populus) es el conjunto de personas que integran una nación (o región). Antiguamente en Babilonia y en Troya, se referían a pueblo como el ayuntamiento de todos los hombres comunalmente: de los mayores y de los menores y de los medianos, pues todos estos son menester y no se pueden excusar, porque se han de ayudar unos a otros para poder bien vivir y ser guardados y mantenidos. En la República romana tenían el Senado y el Pueblo Romano, para designar a la totalidad de la población constituyente del Estado, en referencia a los patricios (que formaban el Senado) y a los plebeyos (el pueblo).
En cambio, el concepto de pueblo en las naciones-estado modernas, contemporáneas, muy plurales y heterogéneas en su composición demográfica, social, antropológica, y cultural, ponen en valor esas diferencias, así reza "Nosotros, el pueblo..." para diferenciarse de las clase aristocráticas (concepto político, aquellas personas en cuyo nombre recae el poder político y económico de un país, transmutado por derecho hereditario) o
de las clases gobernantes que llegan al poder por el voto popular y se constituyen en símiles de las aristocracias, imitando gestos y acciones, desde el apego al poder hasta la presunción y ambición por las riquezas.
Ciudadano: es toda persona considerada como miembro activo de un Estado, titular de derechos políticos y sometido a sus leyes.
Ser integrante de un pueblo hasta puede ser un hecho pasivo, o un simple miembro de una masa social uniforme.
Ser ciudadano requiere ser un miembro activo, comprometido, cumpliendo un rol social, atado a normas, leyes y conductas sociales que permitan una convivencia social pacífica, que contribuyan a la prosperidad y progreso de la comunidad. El ciudadano está expuesto a la consideración de la comunidad, sus actos y acciones inexorablemente tendrán siempre una consecuencia social, a favor o en contra de la comunidad, desde cuidar los bienes públicos, de respetar normas, actos de solidaridad, saber sopesar intereses individuales sobre intereses colectivos, cumplir con las obligaciones impuestas por ley, de contribuyente, el honrar las deudas. Los valores, la ética y la moral no son aquellas cuestiones banales que discuten las señoras de beneficencia cuando se reúnen a tomar el té, son el acervo cultural desarrollado en años de evolución social (de una sociedad sana, madura y desarrollada), donde las formas, el cómo y el porqué tienen una razón de ser, que irán siempre acomodándose a las nuevas etapas culturales, a la modernidad y a los nuevos paradigmas sociales, pero nunca dejarán de ser él cúmulo de conocimiento adquirido para una mejor convivencia social.
Seamos ciudadanos todo el tiempo, para construir un gran país.
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